REAPARECE EL TAKI ONQOY EN PLENO SICLO XXI

Kausachun Taki Unquy!, ¡kausachun chanka runakuna!, ¡kausachun Tawantinsuyu!, fueron los vítores al unísono con que concluía el Taki Unquy en el distrito de Huancaray (Adahuaylas, Apurímac), dando paso a la entrada triunfal y desafiante de los milenaristas y apocalípticos danzantes de tijeras que simbolizaron el fin de la agresión militar española, de las enfermedades que sembraron, y de la imposición religiosa.

Los principales protagonistas del Taki Unquy, fueron profesores y alumnos de la I.E. de Menores “Dos de Mayo”, quienes nerviosos, angustiados y orgullosos, se trasladaron al lugar donde se produjo este singular enfrentamiento entre andinos y peninsulares. Semanas atrás se había difundido, utilizando la tecnología moderna (banderolas, afiches, avisos radiales) lo que iba a suceder en la lomada de Ayapata, lugar alto andino a 3,500 m.s.n.m. donde hay 13 chullpas de la época Chanka, rodeado de andenes a manera de fortaleza.

El día amaneció magnánimo, el cielo era azul marino. Es que la noche anterior, se cumplió con el ritual del “pagapu” debajo de Ayapata, ante una imponente roca semioculta entre matorrales y peligrosos peñascos puntiagudos.
Ahí se trasladaron tres “yachaq machus”, especialistas en comunicarse con las divinidades andinas, acompañados por danzantes de tijeras y waqra pukus de Chaccrampa, de autoridades del distrito, algunos taki unqus y quien escribe esta nota.
Todos chacchábamos la dulce coca, fumábamos cigarro inka, tomábamos caña de Pulcay. Por ratos los cuetones nos ensordecían y rompían el silencio sepulcral de la noche nublosa y fría. Llegó el momento culminante cuando un “yachaq machu”, por señales simbólicas que vio en el fuego ardiente, anunció jubiloso que los Apus y la Pachamama habían aceptado las ofrendas.
Nos encontramos ante la primera escenificación del Taki Unquy en una comunidad campesina, realizada el 8 de noviembre del presente año, en el Ayamarka (mes dedicado al culto de los muertos). La teatralización se hizo con aproximadamente 400 artistas, entre docentes y profesores, varones y mujeres con vistosos y coloridos “unkus”, con escudos y armas, acompañados de músicos y cantantes apoyados por un potente equipo fónico y micros inalámbricos, dándose así nuevamente de la mano lo tradicional y lo moderno.
Se dio inicio al Taki Unquy aproximadamente a las 11.00 a.m., siguiendo los cuatro Actos según el libreto preparado con sumo cuidado por docentes basado en mi libro “Los Dioses Vencidos” (2001) y en las publicaciones de PROANDE (2000)
El Acto I, trató de la vida agrícola y artesanal del Tawantinsuyu, de la visita del WillaqUmo, de las noticias de la división del Imperio en Hanan y Urin Qosqo y de la llegada de los españoles por el norte del Chinchaysuyu.
El Acto II, de la llegada de los españoles al mundo andino, del sometimiento político y religiosos de la cultura Chanka-Inca, de los Apus, Wamanis, y la imposición del catolicismo a través de castigos.
El Acto III,trató de la aparición de enfermedades incurables de la época generadas por los españoles y la muerte masiva de los ayllus; del traslado de los muertos a las chullpas de Ayapata y del entierro al estilo de los antiguos Chankas Inkas. El IV Acto fue la expulsión de los españoles y del clérigo católico, aparición de los líderes del Taki Unquy, entre ellos Juan Choqne, luego del Inkarrí y el triunfo de los danzantes de tijeras.
Fueron cuatro horas de teatralización, de emociones encontradas entre los cerca de 1000 observadores; de ir y venir de fotógrafos y filmadores. Era las dos de la tarde y recién se desarrollaba el tercer Acto, nadie se acordaba de almorzar, ni de buscar sombra ante el intenso calor que hacía. Todos teníamos la mirada puesta en los taqui unqus que se encontraban acompañados por el puma y el cóndor disecados que sacralizaban majestuosamente el evento.
Las vivanderas paralelamente atizaban sus fogonos preparando comida, circulaban helados, algunos bebían mate de coca o cerveza cuzqueña.
Se encontraban atentos los bomberos de Andahuaylas, la PNP y los profesionales y técnicos del Centro de Salud de Huancaray. En los costados, en la carretera, había más de 20 carros estacionados.
El VIII Festival del Taki Unquy fue un intenso baño de peruanidad y de nacionalismo; fue una práctica cultural especial que realizaron profesores y alumnos condensando, en cuatro horas, muchísimos años de nuestra historia peruana trágica, sangrante pero esperanzadora. ¿Por qué en Huancaray?, ¿Por qué no en Soras o Parinacochas?. Existen varias respuestas, pero habría que reflexionar más sobre el área cultural al que pertenece Huancaray. En esta área cultural tuvo influencia el primer movimiento mesiánico y milenarista indígena de la colonia temprana: el Taki Unquy, en 1560. Andahuaylas es una histórica provincia donde actualmente se hacen cuatro Festivales con fuerte reminiscencia Inka y Chanka: en Pacucha (Sondor Raymi), en Uranmarca, en Quisuará (Curamba), y en Huancaray. No hay otra provincia del Perú con esta historia incaizada tan acendrada.
Retorné a Ayacucho pensando en el inmenso papel que pueden cumplir los docentes
incorporando elementos culturales locales y regionales en su labor educativa intercultural
* Antropólogo, investigador y docente principal de la Facultad de
Ciencias de la Educación de la UNSCH.
*Asociación de Musica y Danza Ayacucho” AMDA
Ranulfo Cavero C.
Eduardo Galeano
Mariscot Alarcón G.
“Odin Teatro”
Blanca Varela

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