Si Dios me preguntara que desearía darle a la humanidad, respondería:
Padre mío, deseo que tu amor conquiste el corazón de todos nosotros y reflejemos tu amor en nuestra vida: En cada acto, en cada pensamiento, en cada palabra dicha, que seamos capaces de amar sin creer que merecemos todo, sin soberbia, sin orgullo, sin vanidad, sin barreras políticas, religiosas, económicas o de cualquier otro tipo, simplemente que amemos sin esperar nada a cambio.
Padre mío, deseo que tu paz haga morada en nuestros corazones, que no temamos el porvenir, que no tengamos miedo de los hombres o lo que ellos puedan hacernos, que encontremos en ti la confianza y la seguridad, que vivamos confiados porque tu cuidas a tus hijos, no los dejas y no los desamparas.
Mi Señor, deseo que seamos capaces de perdonar, perdonar de corazón toda ofensa que sintamos haber recibido en la vida, porque también hemos ofendido a alguien aún sin saberlo, que el perdón nos de reposo en espíritu y libertad para iniciar una vida plena.
Señor, que cada persona te conozca a ti fuente de vida y a Jesús tu hijo amado a quien enviaste para que sea el mediador de la reconciliación y para darnos una nueva y mejor vida.
Esta navidad invita al Señor Jesús a vivir en tu corazón y sea Él quien guie tu caminar.